24/02/20

Entrevista por David Arredondo en SOBRE n°4

David Arredondo Garrido, Entrevista a Francesco Careri, “SOBRE. Praticas Artisticas y politicas de la edicion", Universidad de Granada, n° 4, pp. 144-152, descarga el pdf  https://revistaseug.ugr.es/index.php/sobre/article/view/7371

Roma, 28 febrero 2017
Resumen
Francesco Careri es profesor de Urbanismo en el Dipartimento di Architettura de la Università degli Studi Roma Tre. Su libro Walkscapes, editado con Gustavo Gili en 2002, supuso una nueva mirada sobre el paisaje, sentando las bases para el entendimiento del andar como una práctica estética. Teniendo como referentes al Land Art y al Situacionismo, Careri y el grupo Stalker (al que pertenece desde mediados de los años 90), han realizado numerosas publicaciones, conferencias y sobre todo caminatas por diferentes partes del mundo para reconocer el territorio desde nuevas miradas. Errar por el paisaje menos reconocido, subir muros, atravesar alambradas, tropezar, cortarse... se convierten en las herramientas con las que, a través del propio cuerpo, experimentar una realidad, la urbana, que no puede ser asimilada por medio de libros y teorías. A través de su Laboratorio de Artes Cívicas, propone junto a sus alumnos esta manera libre y desprejuiciada de leer y entender las ciudades, en donde aún queda mucho por decir. En esta entrevista, realizada en Roma en febrero de 2017, profundizamos sobre algunos de estos temas relativos a Stalker, su labor universitaria y como escritor.
Palabras Clave Francesco Careri, Walkscapes, andar, prácticas artísticas, artes cívicas.

DIANA PARDON, CARTOGRAFÍAS CONTINGENTES: LA ESTÉTICA COMO SUMA DE POSIBILIDADES

Il faut penser l’impossible
pour saisir tout le champ
du possible

Henri Lefebvre, La production de l’espace, 1974.

El siglo XXI irrumpió en medio de una contundente proliferación de prácticas artísticas vinculadas a las nociones de espacio, territorio, geografía y cartografía, pareciendo confirmar la hipótesis de la supremacía de lo espacial frente lo histórico. Esta posibilidad, conjugada en el interior del llamado SpatialTurnpartía de la base de que si la historia era el objeto de la modernidad el espacio debía serlo de la posmodernidad, asumiendo aquella consigna del “fin de la Historia”[1]. Este escenario nos permite reconocer un debate generado desde entonces acerca de una reconfiguración de la imaginación geográfica y una voluntad de repensar la propia lógica de la cartografía, ya sea desde un punto de vista político, epistemológico, o estético[2].
Si bien es cierto que una investigación pormenorizada nos desvela una diversidad de prácticas artísticas relacionadas con el fenómeno que hemos brevemente descrito y algunas de las cuales hemos ubicado desde los inicios de la primera mitad del siglo XX, parecen identificarse ciertos discursos comunes en buen número de trabajos realizados desde los años noventa hasta nuestros días[3]. En este sentido, sospechamos que dicho arranque se vio motivado, por un lado, por la reivindicación de los experimentos de la Internationale Situationniste que se dio durante aquellos años; por la difusión y asimilación del legado posestructuralista de teóricos como Michel Foucault y especialmente Gilles Deleuze y Félix Guattari; así como por la aparición de un nuevo ecosistema contracultural que se extendió a través de protestas y acciones de activistas y artistas durante esa misma década, como en la primera cumbre internacional sobre ecología y medioambiente organizada en Río de Janeiro en 1992[4].